Es tema de debate en nuestros días el escándalo producido al saberse que miembros del Gobierno venezolano de Hugo Chávez estuvieron, durante años, acogiendo y entrenando a terroristas etarras en el petrolífero país caribeño.
Recientemente se han emitido, en algunas emisoras españolas, diversos reportajes en los que se detallaba la extensa red de simpatizantes de que goza el separatismo vasco en tierras venezolanas.
Esta misma semana, el periodista Carlos Dávila comentaba en Intereconomía que, cuando fue por última vez a Venezuela, todos los restaurantes españoles que conoció estaban regentados por vascos proetarras.
Parece que todo el mundo se sorprende ahora, como si hubiesen descubierto en estos momentos la estrecha relación entre Venezuela y el independentismo vasco...
Lo que a mí me sorprende es que sorprenda ahora...
Desde que era niño (allá por los años setenta) me llamaba poderosamente la atención un hecho que se me antojaba (incluso ahora) inexplicable: prácticamente la totalidad de vascos que conocía -y que no eran pocos- o habían nacido en Venezuela o habían vivido largos años en ella: parecía como si todos los vascos naciesen en Venezuela... Se cumplía así el famoso dicho vizcaíno :"los de Bilbao nacen donde quieren".
No quiero decir que todos aquellos vascos nacidos o que hayan vivido en dicho país sean independentistas o proetarras... He conocido a muchos que son excelentísimas personas y a los que considero entre mis mejores amigos. Pero el hecho era intrigante o, a lo sumo, raro.
Años después se empezó a conocer la no despreciable cantidad de dirigentes nacionalistas vascos del PNV que habían nacido o vivido cierto tiempo en el mencionado país.
Yo, como buen conspiranoico, me he pasado toda la vida atando cabos y éste es un nudo que, por fin, parece haber quedado bien apretado ante la evidencia.
La vinculación de Venezuela con el separatismo vasco no es un tema de ahora: de Huguito Chávez y sus orondos y zampabollos seguidores: viene de muy atrás. Por lo menos, de la época de la dictadura franquista.
Ya desde esos, para nosotros, lejanos y pretéritos tiempos se estuvo fraguando, desde las plácidas aguas del tropical país, y sin que nadie supiera nada, uno de los engranajes -y de los más importantes- de lo que sería la maquinaria asesina vasca.
Venezuela no está ahora al servicio del independentismo y del terrorismo asesino vasco...
Siempre lo ha estado. Y no existe peor ciego que el que no quiere verlo.
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