Comentábamos recientemente la ridícula descripción del mapa del tiempo que realizan casi todas las cadenas de televisión españolas mediante la cual se intenta ningunear a la capital del Estado, retrasando al máximo la información meteorológica de la misma. Una muestra más de la endémica envidia española -sinónimo de su acomplejamiento congénito-, que no consiente que una ciudad sea la capital de las demás. Un detritus más de las periféricas mentes que están llevando a este país al desastre.
Proponía al final del susodicho artículo que la descripción se realizase en espiral, para así retrasar al máximo la información meteorológica matritense, lo cual provocaría un estridente orgasmo en las mentes de los separabobos que se han apoderado de nuestra nación...
...¡Pues me han hecho caso!
Pero no han seguido mi consejo ninguna de las felpúdicas emisoras socialistas que invadieron a golpe de dedazo nuestras cadenas televisivas hace tiempo... no vayan a pensar eso... no.
La descripción del tiempo en espiral, para dejar a Madrid en penúltima descripción informativa, ha venido de la mano de... ¡Intereconomía Business!
Sí señores, esa cadena que tanto se pavonea con el lema "Orgullosos de ser de Derechas" luce las mismas galas de los, tan criticados por ella, "maricomplejines", pero multiplicadas por diez.
Vamos, que los "intereconómicos" son también de los que desean que los madrileños pidamos perdón por el mero hecho de serlo.
Hace tiempo prometí no volver a escuchar más la COPE, cuando la cobarde y desagradecida Iglesia despidió a Federico Jiménez Losantos, el ingenioso locutor que la había encumbrado hacia cimas a las que nunca antes había llegado. La promesa la he cumplido y, al igual que yo, mucha otra gente.
En estos momentos, la COPE vuelve a sumirse en el pozo sin fondo de la pérdida de oyentes y le auguro una próxima desaparición o absorción por otra emisora.
Tras todo esto, lo que prometo ahora es no volver ni a ver ni a escuchar la cadena de emisoras de Intereconomía, a menos que corrijan su actitud y se disculpen por este escupiente insulto a todos los madrileños.
No me harán caso en lo bueno (aunque sí me lo hicieron en lo malo...), así que, de seguir por estos derroteros, les auguro un futuro tan prometedor como el del Gobierno que nos asola diariamente y al que ellos tanto critican sin mirarse al espejo.
V. también: Paletomapa del tiempo
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