Las noticias recurrentes

Si observamos los telediarios, podremos ver que hay noticias que se repiten siempre, en un cíclico y nada mítico eterno retorno, y que vuelven a nosotros, una y otra vez, día tras día, año, tras año, lustro tras lustro, década tras década, desde hace más treinta años:

• Las excursiones estivales de Su Majestad en su yate.
  
• Las "exigencias" de autoderminación por parte del lindakarota vasco de turno para que la pura raza vasca pueda separarse por fin de los apestosos españoles.
  
• Las prácticas invernales de esquí de Su Majestad en Baquerira Beret.
  
• Los atentados/masacres de los etarras contra los txakurras españoles.
  
• Su Majestad participa en la Copa del Rey de Vela.
  
• Las lloreras de los pobrecitos catalanes porque quieren aún más dinero y, si no, amenazan con separarse "de esa otra nación" que es España.
  
• La entrega de premios por parte de Su Majestad.
  
• El maltrato de los machistas españoles a las pobrecitas mujeres (se ve que esto sólo pasa en España: en el resto del planeta, como todos sabemos, son las mujeres las que zurran a los hombres, especialmente en los países musulmanes).
  
• El posado de la Familia Real de Su Majestad en Palma Mallorca.
  
• "España es la octava potencia mundial" (en imbecilidad, supongo).
  
• Las recepciones y cena de gala de Su Majestad en el Palacio Real.
  
• La Declaración de la Renta (hay que pagar los sueldos de los inútiles que nos desgobiernan desde hace treinta años) (¡ah!, y también esa Sanidad Española de kilométricas listas de espera y afable trato).
  
• El Rey pilota él mismo un helicóptero, un avión o cualquier otro vehículo vedado al resto de los mortales.
  
• "Recordamos que los católicos no deben olvidarse de marcar la x en la casilla correspondiente a la Iglesia en la Declaración de la Renta" (otro sacapasta adicional).

El tiempo no pasa en España, señores. Da igual que veamos un telediario de ahora que de hace veinte años. Parece que siempre vemos lo mismo: un popurrí de noticias pregrabadas y programadas, repetidas en un círculo vicioso que denota la tartamudez estúltica de nuestra actual sociedad.