Europa es el cuarto satélite en tamaño de Júpiter y el sexto en la lista de las lunas más grandes del Sistema Solar. Mide 3.160 kilómetros de diámetro, y se encuentra envuelto por una gruesa coraza de hielo, principalmente de agua congelada.
La superficie de Europa es incluso más suave que la de Tritón: apenas tiene cráteres, y sólo tres superan los 5 kilómetros de diámetro. Nada en comparación a los que se observan en otros satélites.
La superficie muestra largas fisuras (con las que los conspiranoicos han especulado, atribuyéndolas un origen artificial, como si se tratasen de gigantescas vías de comunicación), semejantes a las que presenta el hielo marino en la Tierra, y delata una constante renovación en los materiales externos.
Parece ser que bajo ese manto de hielo, se escondería un impresionante océano interior de agua líquida de decenas de kilómetros de profundidad, que abarcaría la totalidad del satélite, formado por el derretimiento de masas de hielo interno debido al calor interior provocado por el tira y afloja gravitatorio de Júpiter, que estiraría y comprimiría Europa de forma cíclica.
Se cree que las fracturas en su superficie se han producido en parte por las fuerzas de marea ejercidas por Júpiter. Se cree que la superficie de Europa se desplaza hasta 30 metros entre la marea alta y baja.
Otra característica de Europa son las pecas o superficies lenticulares, circulares o elípticas. Muchas son bóvedas, otras hoyos y, otras, manchas oscuras lisas; otras, por otra parte, poseen una textura desigual. La superficie de las cúpulas parece que pueden ser trozos de llanuras antiguas que hubiesen sido empujados hacia arriba.
Europa posee un campo magnético, como la Tierra, a causa de la interacción con el campo magnético de Júpiter, lo que corroboraría, asimismo, la presencia de una capa de fluido, probablemente un océano líquido de agua salada.
Además de la Tierra, este satélite sería el único lugar del Sistema Solar que, casi con toda seguridad, contaría con grandes masas de agua líquida, con todo lo que eso implicaría, a nivel biológico. Aunque también parece posible que existan océanos interiores en Tritón, Calisto y Titán.
Se ha sugerido que podría existir vida en este hipotético océano bajo el hielo, sustentada en un entorno similar a lo que, en las profundidades de los océanos de la Tierra, son las chimeneas volcánicas, o como ocurre con el Lago Vostok en la Antártida.
Posee también una pequeña atmósfera de oxígeno, lo cual aumentaría también las posibilidades de vida. De las lunas del sistema solar, sólo cinco de ellas (Ío, Calisto, Ganímedes, Titán y Tritón) tienen atmósfera.
En la novela de Arthur C. Clarke 2010: Odisea dos, se especula con la posibilidad de que Europa albergue formas de vida.
Fuente: Mariano Ribas, en Cielo Sur, y Wikipedia.
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