Hace unos días salió a la luz la noticia de que España lideraba en Europa la expansión de los cultivos transgénicos a lo largo de toda su superficie agrícola.
Cada vez que somos líderes (salvo en los deportes) lo somos en lo peor.
Pero el dato que más me llamó la atención fue la postura adoptada por España ante las propuestas legislativas europeas:
La Unión Europea propone dejar plena libertad a los distintos Estados en cuanto a la legislación sobre el tema: es decir, cada Estado podrá decidir libremente qué tipo de cultivos permite y cuáles prohíbe.
España se opone a esta libertad y exige una legislación común al respecto.
¿Y esto por qué? ¿Quedaría en evidencia la falta de escrúpulos del Gobierno español permitiendo a diestro y siniestro cultivos transgénicos? ¿Quedaría palmariamente claro su sumiso entreguismo a las multinacionales del Nuevo Orden Mundial?
Si hubiera una legislación europea restrictiva sobre ciertos tipos de cultivos, España se lavaría las manos ante las citadas multinacionales y podría aducir ante las mismas que su restricción de ciertos cultivos se debe a una legislación superpuesta a su voluntad.
De esta forma no: España se queda sola ante las multinacionales y no podrá argumentar ante éstas que ella no es culpable de las restricciones. Como nuestro entreguista Gobierno no se atreverá a prohibir el transgenismo en ningún caso, la sumisa España quedará, una vez más, en evidencia ante todo el mundo.
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