Ayer tuvimos una muestra más de esa Cataluña ridícula, acomplejada, que, para intentar destacar algo, no hace nada más que estirar de los hilos que unen el entramado español.
Una Cataluña, paleta, ensoberbecida, histérica y pacata.
Una Cataluña azuzada por andaluces traidores que esperan que el resto de los catalanes arrojen algunos cacahuetes a su jaula, algunas migajas a su pesebre.
Una Cataluña falsaria, mentirosa, creyéndose que acudieron al gallinero 1.100.000 vociferantes bocazas cuando, si llegaron a 300.000, sería una cifra muy generosa...
Un millón de personas sí es lo que se ha llegado a vivir en Madrid, con un auténtico mar de gente entre Sol y la Puerta de Alcalá, entre Recoletos y el Paseo del Prado...
Y aunque hubieran sido un millón... ¿qué son frente a 45.000.000 de españoles que nos reímos de su presunta nación de opereta?
El Circo de los Hermanos Tonetti ha vuelto, amigos... Pasen a ver la función...
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