Ante los
recientes acontecimientos de la declaración albanokosovar de independencia respecto a Serbia, he decidido echar una mirada al pasado.
La Wikipedia, en su artículo sobre la
Primera República Española, nos recuerda la
Sublevación Cantonalista en España:
"[...] Poco después, comienza la sublevación cantonalista con huelgas generales en toda España, soldados asesinando a oficiales, alcaldes linchados, y un centenar de muertos.
Los focos federales del país no estallaron en forma de Estados autónomos, sino en una constelación de cantones independientes. Los levantamientos se suceden por diversas localidades del Levante y Andalucía fundamentalmente. Los hubo de ámbito provincial como Valencia y Málaga, otros más localizados, como Alcoy, Cartagena, Sevilla, Cádiz, Almansa, Torrevieja, Castellón, Granada, Salamanca, Bailén, Andújar, Tarifa y Algeciras, y los hubo incluso como tan pequeños como el pueblo manchego de Camuñas y el murciano de Jumilla. Según se afirma éste último proclamó un manifiesto que se haría famoso:
La nación jumillana desea vivir en paz con todas las naciones vecinas y, sobre todo, con la nación murciana, su vecina; pero si la nación murciana, su vecina, se atreve a desconocer su autonomía y a traspasar sus fronteras, Jumilla se defenderá, como los héroes del Dos de Mayo, y triunfará en la demanda, resuelta completamente a llegar, en sus justísimos desquites, hasta Murcia, y a no dejar en Murcia piedra sobre piedra."
¿Volveremos alguna vez a una situación similar?
¿Se acabarán independizando los habitantes de
La Moraleja porque se sientan marginados al pagar más impuestos que el resto de los españoles? Seguramente algún día alegarán que, por votación
democrática, mayoritariamiente han elegido la independencia y que, por lo tanto, exigen su derecho de autodeterminación.
Por otra parte, en mi bloque de vecinos ya se ha votado y decidido democráticamente que nos queremos independizar de nuestro barrio, y por ende, de nuestro distrito, de nuestra comunidad y de España.
El problema ha surgido cuando un vecino ha votado en su casa y ha decidido, también democráticamente, y esta vez por
unanimidad, independizarse de nosotros.