Vimos lo de siempre: un Presidente alrededor del cual revoloteaban todas las gallinitas de turno a ver si les echaba algo de alpiste (...o de grano, que creo que eso es lo lo que comen las gallináceas).
Cómo nos recuerda este Zapatero a aquel otro tragicómico dictador que nos atormentaba los domingos del NODO con sus emocionantes cacerías y tardes de pesca y con su corte de felpudos andantes que no hacían más que salivar diciendo: "¡qué bien pesca Su Excelencia! ¡qué bien caza, Generalísimo!".
Nosotros queremos unirnos también al coro de lacayos sumisos y decir emocionados y todos a una: "¡qué bien pasea por el campo, Zapaterísimo!".
Y para que quede recuerdo de este hecho sin par, pongamos un vídeo de su hábil predecesor en estos ardides televisivos:
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