Este Comité Olímpico desea "la felicidad del tonto", sin nada que recuerde al dolor, sin nada que denuncie la torturadora y brutal represión política de China; este Comité Olímpico desea representar un mundo donde lo único importante sea el correr como un loco sin pararse a pensar, el saltar cual canguros intentando alcanzar lo inalcanzable, y el cargar sobre nuestras espaldas cuanto más peso mejor, cuanta mayor estupidez mejor, en una halterofilia de sometimiento total al capitalismo, de sumisión felpúdica a la competencia feroz entre nosotros sin el menor atisbo de piedad ni solidaridad.
Un mundo feliz.
Un Nuevo Orden Mundial.
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