Es curioso cómo el empleo de determinadas palabras define rápidamente la ideología de una persona.
En España, por ejemplo, si alguien se atreve a hablar de "su patria" ya se le considera un derechistacapitalistaconservadorpaleocristiano. Y, efectivamente, lo más probable es que sea un fiel votante del PP o, a lo sumo, simpatizante a ratos.
¿Pero cuál es la palabra que más emplea el típico votante del PSOE? He pensado mucho sobre este asunto y, en principio, se me ocurrieron los vocablos "fascista" o "facha": todo aquel que no comparte su opinión es eso: un pedazo facha de tomo y lomo.
Sin embargo, me acabo de dar cuenta de que hay otra palabra que el típico votante socialista emplea con más asiduidad: y es la de "casposo", referido a todo aquello cutre y que les suena a tardofranquismo. Por ejemplo, las típicas películas de Paco Martínez Soria son tachadas a menudo de "casposas" por los progres.
Pero... ¿qué obsesión tienen los votantes socialistas con la caspa? Para mí es uno de esos misterios del universo dignos de ser resueltos. Un expediente X obsesivocompulsivo merecedor de ser estudiado.
Esa fijación casposa, caspil, caspoidea de los votantes socialistas, me lleva a pensar que, por esa razón, hay tantos votantes de izquierda que se rapan la cabeza, que van bien peladitos, mondos y lirondos, con la calva bien brillante y sin un ápice de pelo ni caspa, que no la soportan.
¡Ah! ¿Que no es por eso por los que los bolas de billar votan mayoritariamente al PSOE?... ¿Que es por lo otro...?
Pues nunca se me hubiera ocurrido...
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