Una querella de Rajoy contra "El País": la auténtica piedra de toque sobre la veracidad del "Sobregate"

Imagínese, querido lector, que un medio de comunicación de amplia difusión nacional e internacional lanzara una falsa noticia que cuestionase por completo su honorabilidad y comprometiese, para siempre, su credibilidad... ¿Cuál sería su reacción...? ¿Llevarse las manos a la cabeza y llorar, por los siglos de los siglos, tamaña infamia que le hundiría por siempre en el pozo del descrédito más abyecto...?

No sé lo que haría usted, pero le explicaré lo que haría yo mismo: frotarme las manos...

Una situación similar constituiría una de las mayores alegrías de mi vida, pues ello supondría -ni más ni menos- que podría interponer una querella criminal contra un difamador sólidamente solvente, que me resolvería todos los problemas para el resto de mi vida mediante la multimillonaria indemnización que, presto, exigiría tras la difusión de la falsa noticia a los cuatro vientos...

Pues bien... el señor Rajoy... y los señores (y señora) Acebes, Mayor Oreja, Cospedal, Arenas y Rato -entre otros- tienen ahora la oportunidad de resolver para siempre todos sus problemas económicos (si es que tenían alguno) presentando sendas querellas por difamación contra el periódico socialista... Especialmente después de que, este domingo, el diario se reafirmase en que había comprobado minuciosamente la información que difundía...

No hablamos aquí de una querella contra el señor Bárcenas... No... Es el mismo diario el que ha asumido la "veracidad" de la "información"...

¿A qué esperan...?

¿A qué tienen miedo...?

Cuanto más dilaten la pertinente querella más creeremos el resto de los españoles que la mencionada noticia contenía, al menos, un ápice de verdad...

Esto puede llegar a convertirse en una auténtica guerra de imperios: Prisa contra el Partido Popular...

Es evidente que, tras esto, sólo uno puede quedar en pie...

O el imperio multimedia queda económicamente hundido para siempre, sepultado bajo las inamovibles montañas de difamación que ha ido amontonando estos días, o el ya poco Popular, pero bien conocido, partido de la Derecha insolidaria española queda ahogado irremediablemente en el más profundo cenagal de la impostura...

Hagan sus apuestas, señores: el juego queda abierto...