España, harta: el país al borde del estallido

De la semana pasada podríamos destacar dos noticias fundamentales para el devenir del futuro de España:

Las recientes declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, según el cual, ►"si la situación no cambia en los próximos trimestres será imposible mantener las prestaciones".

La puesta en libertad del asesino etarra Bolinaga.

En cuanto a la primera noticia, no deja de sorprendernos la patente muestra de dos cualidades de este Gobierno que se venían vislumbrando desde los albores de su aciaga desgobernanza: su completa inutilidad y su despiadado, amén que vomitivo, liberalismo inhumano.

Inútil, porque completamente inútiles han sido las medidas tomadas hasta el momento: paro creciente, desconfianza absoluta de los mercados, corrupción galopante... constituyen el marchamo de la política económica impuesta por este conglomerado de gobernantes cepórricos. Ése es el resultado de la conjunción de medidas experimentadas por tal caterva de estultos: la amalgama de lo peor de la Izquierda (con subidas despiadadas de impuestos, prácticamente expropiatorias y nula contención del gasto "ornamental", es decir inmensos gastos de políticos, autonomías, Casa Real, etc.) con lo peor de la Derecha (eliminación radical de derechos sociales adquiridos: medicamentos gratuitos para los ancianos, prestaciones por desempleo, prestaciones por asistencia a familiares...). Curiosa mezcla entre el Socialismo derrochador e insaciable y el Liberalismo inhumano, divisor de la sociedad entre "perdedores" y "ganadores".

La segunda noticia, la puesta en libertad del mencionado etarra "por razones humanitarias", muestra la tercera cualidad que caracteriza al que pronto se configurará como el peor Gobierno de la Historia de España (superando, con creces, el desastre zapatético) e incluso como artífice de la destrucción de la misma España: la cobardía. La absoluta cobardía enraizada en estos patrioteros de salón y novenas de la Inmaculada. Cobardía que les lleva a tener piedad con un asesino que jamás la tuvo con cada y una de las víctimas. Cobardía que les llevó a votar, hace poco, junto al PSOE, en contra de la propuesta por parte de UPyD de la ilegalización de las formaciones filoetarras Sortu y Bildu. Cobardía que les lleva a desposeer de sus medicinas a la población más necesitada, mientras ellos mantienen todas sus prebendas, las de la Casa Real y el circo de las autonomías. Cobardía que les llevó a condecorar con la Orden de Isabel la Católica al anterior Gobierno socialista de Zapatero, que arruinó España...

A todo esto hay que añadir la ofensiva nacionalista vasca y catalana de estas últimas semanas, sobre las que ni el Gobierno ni ese monarca de adorno que tenemos se han pronunciado en absoluto (como ha sido siempre su tónica habitual). ¿A qué esperan? ¿A que el País Vasco y Cataluña aprueben unilateralmente su desgajamiento de nuestra nación? ¿Es que no van a mover ni un dedo este ridículo Gobierno ni la Casa Real...?

Y mientras tanto, el paro creciendo, cercano a los seis millones de desempleados y con millones de inmigrantes -"legales" e ilegales- que no dejan de venir, ocupando gran parte de esos puestos de trabajo, totalmente en connivencia con el esclavista empresariado español, que se frota las manos cada vez que se acercan a nuestros lares miles y miles de esclavos voluntarios...

La situación está a punto de estallar... Y seguramente lo hará...

De momento, ya ha empezado un ligero movimiento de sables con ►las recientes declaraciones del coronel Alamán, quien, paradójicamente, no amenaza con imponer una dictadura fascista... sino con hacer cumplir la propia Constitución.

Los días 15 y 25 de septiembre, asistiremos a pretendidas "tomas del Congreso de los Diputados"... un día por parte de formaciones de izquierda y otro por parte de movimientos de derecha...

¿Qué más nos aguardará en los próximos meses...? Seguro que nada bueno... O posiblemente sí: porque el día que los españoles tomen la calle, sabremos, por fin, que están vivos y que se propondrán enterrar, de una vez, una Constitución que está completamente muerta...