Un paso más de este grupo siniestro que lleva siglos intentando corromper a la Humanidad con el simbolismo de "la luz": los gnósticos, para los que el fin último del cristianismo consistía en alcanzar la luz (=el conocimiento) final; sus secuaces illuminati (=iluminados), núcleo de la Masonería; y los subsiguientes siegacabezas de la Revolución Francesa: "el Siglo de las Luces", con todos sus componentes anticristianos. Todos ellos, agarraditos de la mano, adorando al que "porta la Luz" (Luci-Fer).
Unas medidas parecidas a las que, desde hace años, lleva adoptando el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón (el que mandó diseñar su despacho con forma pentangular, o sea: pentacular), sustituyendo la iluminación con motivos típicamente navideños por apagados adornos que no tienen nada que ver con la Navidad:
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