Sobre la broma al Rey Juan Carlos de Catalunya Ràdio

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Sobre la reciente broma efectuada a Su Majestad el Rey por el periodista Pere Mas, de Catalunya Ràdio (►) sólo nos cabe decir que su absoluta carencia de gracia nos lleva inevitablemente al rubor ajeno.

El hecho de que un señor cualquiera, diciendo simplemente que era "el señor Mas, de Cataluña", accediera a hablar con el Rey para gastarle una insulsa broma, nos hace preguntarnos en qué equipo de seguridad del entorno del Monarca estamos desperdiciando nuestros dineros...

Ya es de por sí dispendioso un monarca de adorno como para que, encima, se vea rodeado de un personal inútil que también pagamos entre todos.

Ya saben ustedes de sobra que este rey "que nos han dado" (no "que nos hemos dado", puesto que a mí nunca me han ofrecido la oportunidad de expresar mi opinión sobre la monarquía española, en ningún referéndum) no goza especialmente de mis simpatías, pues, teniendo mucho que hacer ante este desbarajuste provocado por la Constitución de 1978, jamás ha hecho nada. Pero, ciertamente, me da vergüenza ajena de esa broma que nos demuestra -una vez más- que la sociedad catalana tiene de todo, menos seny, y mucho menos gracia, que es un síntoma de inteligencia.

En fin, el Rey supo apañárselas muy bien y yo le daría un 10 si tuviera que ponerle una nota en la asignatura de "Salir del Apuro". No todo el mundo tiene tan buen carácter y yo, desde luego, le habría mandado al "señor Mas" y a su troupe a tomar por donde florecen las barretinas...

Al Rey últimamente lo están convirtiendo en una marioneta de feria, con esas series presuntamente aduladoras de Tele 5, las imitaciones continuas en ciertas emisoras de radio y, ahora, estas bromas desgraciadas -es decir, sin gracia.

Todo ello sirve para descentrarnos del tema principal:

¿Qué hace este señor ocupando un trono cuando, por dos veces, los españoles echamos a sus olvidables antepasados? ¿Por qué estamos obedeciendo cobardamente la voluntad de un dictador que -en un último ataque de senilidad- decidió nombrarle sucesor?

¿Qué miedo hay de consultar directamente al pueblo sobre si queremos perpetuamente a un personaje entronizado o preferimos a un Jefe de Estado periódicamente elegible, y expulsable si su inoperancia es manifiestamente palpable, como en la actualidad?

¿Qué mieditis tienen, si "todas las encuestas muestran que la Monarquía es una de las instituciones más valoradas por todos los españoles" -mantra que los felpúdicos estomagoagradecidos, una y otra vez, nos repiten a ver si nos lo creemos-?

Menos bromas, señores, y más seriedad. Menos artificios y más entrar en el meollo de la cuestión.