La insumisión catalana: la piedra de toque del régimen que se acaba

El pequeño Pujol (me refiero por la edad, no por el tamaño) nos deleitó hace unos días con otro exabrupto típico de esas tierras sin seny ni rumbo, al decir que Cataluña no cumplirá con la sentencia del Tribunal Supremo en la que se especifica que la Generalitat tiene la obligación de educar en español a todo aquel español que lo desee...

Esperamos ardientemente que el Tribunal Supremo, por tanto, llame a declarar a este cargo público, que se niega a acatar la Ley y que anima a incumplirla.

Esperamos también que dicho tribunal llame también a declarar a todos aquellos miembros del Circo de Mas que se nieguen a acatarla.

Dejando a un lado el poder Judicial, esperamos por otra parte que el poder Ejecutivo haga ejecutar dicha sentencia (pues es su labor) si los titiriteros abarretinados se siguen negando a cumplirla, y que ejecute igualmente su detención si -por cualquier causa- se negasen a acudir a declarar (esto último si, previamente, el poder Judicial ha cumplido con su obligación de llamarlos a declarar por desacato).

Y, por último, esperamos así mismo que el poder Legislativo, inste también al Ejecutivo a que cumpla su labor ejecutando las mencionadas acciones y -en último caso, si la cosa no tiende a solucionarse-, a suspender la autonomía catalana si esa díscola región no cumple con su deber.

Como colofón, esperamos igualmente que Su Majestad cumpla con su obligación de mediación ante este desacuerdo institucional.

Lo único que espero, pues, es que los tres poderes cumplan la Constitución que tanto alaban y sobre la que continuamente babean cumplidos y parabienes.

La insumisión catalana es la piedra de toque del régimen que "nos hemos dado".

Sabíamos que algún día habría de suceder... Y aquí esta. Se ha hecho esperar.

Pero si ninguno de los tres poderes cumple con su deber, sabremos que la veda para la INSUMISIÓN TOTAL CONTRA TODO LO QUE DERIVE DE ESTOS TRES PODERES habrá comenzado.

Y que agarren sus carteras... pues les pediremos minuciosas cuentas por todo aquello que han estado cobrando cada uno de ellos, desde 1978, sin merecerlo...