Recuerdo que, en los años ochenta, leí un libro sobre las profecías de Nostradamus, no con muchas ganas, pues siempre he sido muy reacio a creer en eso de las profecías y adivinos del futuro. Lo leí por compromiso, porque la persona que me lo prestó insistió en ello. El libro era breve -lo cual agradecí-, escrito, creo, por un alemán.
Tras su lectura me quedé como estaba: un libro de cuartetas enrevesadas que podía ser interpretado de mil maneras, o sea, que cabía en él de todo.
De la interpretación que del futuro daba el autor, me quedé con estas coplillas:
- Habría una gran masacre en Yugoslavia (en "Dalmacia", concretamente, que el intérprete del profeta la hacía equivaler a la por entonces existente Yugoslavia).
- Grandes masas de población se moverían de una parte a otra del planeta.
- Una gran pobreza, una inmensa crisis económica se extendería por todo el globo.
- Surgirían nuevas enfermedades, nunca conocidas hasta el momento, que devastarían a la población mundial.
- Los dirigentes no harían nada más que hablar y hablar, pero no conseguirían nada positivo.
- Rusia ("Ursia", en palabras del profeta), aliada con países orientales -probablemente musulmanes y China-, acabaría atacando Occidente. Occidente ganaría la contienda, pero ambas partes quedarían muy dañadas.
- En una cuarta guerra mundial, Occidente y Rusia (esta vez aliados), serían atacados por Oriente (los países musulmanes y China), pero los primeros serían definitivamente derrotados.
- El fin del mundo - según esta interpretación- sería el fin del mundo cristiano y el Cristianismo pasaría a ser una religión extinta.
- Como anécdota, cabe señalar que el profeta decía que, en el ataque musulmán a España, jugaría un papel destacado "el Gran Philippus" (el gran Felipe), que el intérprete de Nostradamus identificó en ese momento con Felipe González, que gobernaba por entonces España, aunque yo siempre pensé que se trataba del príncipe Felipe (por su gran altura).
Curiosamente, después de tantos años, parece que la interpretación era bastante certera, pues los cinco primeros puntos se han cumplido:
- Años después de la publicación del libro, se produjo la sangrienta guerra de Yugoslavia, lo cual aprovechó el autor de ese libro para sacar una nueva reedición en el que decía "ya lo dije yo...".
- Desde hace años vemos el continuo e imparable desplazamiento de grandes masas de población emigrante que se desplazan de un lado a otro del planeta.
- La gran crisis económica mundial ya ha comenzado, y esto enlaza con la Teoría de la Conspiración Electrónica o Conspiración del Dinero Virtual.
- Las raras y nuevas enfermedades ya han surgido, empezando por el SIDA, siguiendo por la gripe aviar de hace unos años y continuando con la actual gripe mexicana.
- Y, por último, los líderes mundiales no hacen nada más que hablar y hablar (y de paso cobrar sus sustanciosos sueldos), pero no solucionan nada.
Llegados a este punto, esperemos que no se cumplan los siguientes acontecimientos y se deba todo a una mera casualidad.
Pero no creo en la casualidad.
Aunque tampoco creo en los profetas.
¿Entonces, cómo Miguel de Notredam pudo adivinar lo que iba a ir pasando en los siglos venideros sin ser un auténtico profeta?
La respuesta es bastante sencilla:
Es conocido que Nostradamus pertenecía a una de tantas sociedades secretas a las que han pertenecido tantos otros personajes famosos de la Historia: Leonardo Da Vinci, Julio Verne (otro profeta en sus novelas), el mismo Miterrand... Tantos y tantos personajes célebres pertenecientes a una miríada de sociedades ocultas, cada cual con su nombre, cada cual con sus secretitos.
La auténtica realidad es que todos estos profetas pertenecientes a grupos ocultos lo único que han hecho es ofrecer retazos de un plan que lleva gestándose desde hace siglos en la Humanidad. Un plan diseñado por una sociedad secreta (a la que en los tiempos modernos se la ha denominado los illuminati, pero el nombre da lo mismo), dividida, como una hidra, en multitud de sectas, para confundir, y que funcionan según el método de las cajas chinas.
Algo parecido a los racistas Protocolos de los Sabios de Sion, pero esta vez con una base real.
Es un plan a largo plazo, que es difícil captar porque no miramos más allá de nuestras cortas vidas, pero que tiene la misma finalidad que la anunciada en los susodichos Protocolos: crear un caos total en la humanidad para finalmente, los mismos que han provocado tal desastre, presentarnos a nuestros salvadores (en concreto al salvador universal, el Anticristo de los cristianos), que pondrán fin al desastre generado por ellos mismos, a cambio de que aceptemos un Nuevo Orden Mundial, es decir, un recorte total de nuestras libertades a cambio de seguridad, y una supresión total de los sentimientos religiosos (enmascarado en un racional laicismo), porque las religiones presentan un serio problema para ellos: la humanidad adora a unos seres superiores a los hombres, a unos dioses que están más allá de este mundo.
La única posibilidad de que la nueva humanidad adore a sus nuevos salvadores es la supresión de cualquiera de los entes divinos tradicionales.
(Y continuará...)
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