En los horripilantes años 80 ya empecé a observar que en España se estaba extendiendo aquella dichosa frasecilla de "Ése es tú problema", espetada siempre por alguna persona o falso amigo que, en realidad, con la misma, te estaba escupiendo a la cara un cordial "Me importa un cojón el problema que tengas" o un sensible "¡Que te den por culo! ¡Y a mí qué!". Muy en la línea del "Eres un perdedor", que los ingeniosos zopencos estadounidenses dejan caer una y otra vez en sus estultas películas, para que nos vayamos acostumbrando al desprecio sin piedad por el prójimo.
Pasados los años, la bordería se ha empezado a propalar como la peste por todos los rincones de España, y todo es debido a esa nueva conspiración, a ese Nuevo Orden Mundial, que pretende -una vez conseguido el objetivo de que nuestros hijos sean unos ignorantes totales (mediante las nuevas leyes educativas de los socioslistos), de que sean unos lameculos de la nueva amoralidad endilgada por los acomplejados tarados que nos gobiernan (léase, "Educación para la Ciudadanía") y de que nuestras hijas menores puedan abortar cuando les plazca, sin consultar a sus padres- que pretende -decía- que ahora nos tiremos los pelos los unos a los otros sin piedad ni concierto.
La prueba más palpable la tenemos en nuestras vomitivas televisiones, en las que, desde hace años, se han puesto de moda los concursos en los que unos jueces todopoderosos y todobordes, se encaran con los tímidos participantes y les escupen, con una cara de estreñimiento digna de la mejor antología del hijoputa feliz, todo lo que se les ocurre. Sin piedad. Sin conmiseración.
Véase el ya añejo Gran Hermano (pésima traducción del Hermano Mayor orwelliano), o de Operación Triunfo, o del actual Fama, programas en los que unos jueces displicentes y anodinos se ensañan con una atemorizada chavalería a la que obligan a humillarse hasta extremos ridículos y a pedir perdón por defectos que no tienen.
Es la nueva conspiración mundial, la conspiración de los bordes, la conspiración del odia a tu prójimo como a ti mismo.
1 comentario:
No lo había pensado con este nombre, veía una clara indisposición de la masa a articularse y a conformar pensamiento crítico y, en casos extraordinarios, democrático. Me ha gustado eso de bordería, aunque con tantos marginados o limítrofes, comienza el centro o el territorio de esos bordes a ser evanescente.... Nihilismo me viene a la mente... desde luego Nietzsche también, ¿a ustedes no? Pobre Europa, igualmente jodida desde hace siglos. Bueh, los pobres acéfalos americanos no se quedan atrás.
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