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lunes, 3 de diciembre de 2012
Madrid Arena
Nos enterábamos hace unos días del fallecimiento de la quinta joven, María Teresa Alonso, aplastada en la tragedia del Madrid Arena, local de espectáculos en el que un presunto empresario sin escrúpulos consintió la afluencia de casi el doble del aforo permitido, en aras del insaciable beneficio económico que caracteriza a esta vampírica casta de negociantes "liberales" que ha invadido España de la mano del Partido Popular...
Lo más escandaloso del asunto no es que, presuntamente, el mencionado empresario pusiera en peligro la vida de miles y miles de personas vendiendo muchísimas más entradas de las que permitía la capacidad del recinto... Lo auténticamente escandaloso es que la titularidad del local fuera pública, esto es, del Ayuntamiento de Madrid...
A través de esta tragedia nos hemos enterado de la estrecha relación que dicho empresario mantenía, desde hace años, con la municipalidad madrileña y cómo el alquiler de bienes públicos para distintos espectáculos no pasa por ningún proceso de concurso, sino, por el contrario, por el tamiz del amiguismo y del dedazo...
Y es que, en nuestro país, el respeto a los bienes públicos -a los bienes que todos los ciudadanos hemos pagado a través de nuestros impuestos-, por parte de nuestros gestores políticos, es completamente inexistente... Y eso es lo que caracteriza a la casta política española respecto de la de otros países realmente avanzados...
Durante la etapa de Gobierno socialista observamos el continuo dispendio de nuestros bienes públicos, dilapidados en proyectos absurdos y ayudas innecesarias -por ineficaces- a países del Tercer Mundo (mapa del clítoris, subvenciones a los gays y lesbianas de Zimbabwe, y un larguísimo y vergonzoso etcétera inacabable...).
Lo que caracteriza al Socialismo es que, una vez puestas sus manos en el patrimonio de todos los ciudadanos, piensa sencillamente que puede gastarlo en todo lo que le venga en gana... Sin ninguna explicación...
Pero -en el otro extremo de nuestro espectro político- lo que caracteriza al "liberalismo" del Partido Popular es su total obsesión por anegar lo público con la marea de lo "privado"... Ya es ridículamente enfermiza su absurda cantinela sobre que la gestión "privada" de los bienes públicos es muy superior a la gestión pública de lo público... Con esa excusa, se está concediendo la gestión de muchísimos hospitales públicos madrileños a diferentes grupos empresariales sanitarios...
En el Partido Popular también se ha llegado a hablar de transformar en "autovías de peaje" muchas de las carreteras que hemos pagado entre todos, con nuestro dinero (y con el de los europeos), y de conceder su gestión a grupos empresariales privados del sector...
Y ahora nos encontramos con esto... La concesión directa de recintos de ocio para que distintos empresarios hagan su agosto a costa de la vida de los ciudadanos...
¿Qué oscuros intereses esconde este Partido Popular, obsesionado en disolver todo el patrimonio público, que tantas décadas nos costó construir, en ese ácido corrosivo que es la nefastísima, esclavista y tercermundista gestión que, proverbialmente, siempre ha caracterizado al empresariado español...?
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