El IVA, ese diezmo

Hace ya tiempo hablábamos en estas páginas de cómo el IVA es un impuesto completamente inmoral.

Hoy vamos a seguir ahondando en ese tema, incidiendo en la condición de "diezmo" de ese despreciable impuesto...

Durante toda la Edad Media, cualquier vasallo -fuera cual fuera su situación económica- debía pagar un diezmo a la Iglesia... Es decir, debía apoquinar el diez por ciento de todas sus ganancias, fuera cual fuera su situación... El mismo porcentaje tenía que "ofrecer" tanto el adinerado terrateniente como el renqueante siervo de la gleba...

Una situación injusta... a todas luces...

Pues bien, señores... Desde hace años, nuestro moderno mundo ha regresado a toda su medievalidad a través de ese nuevo diezmo denominado IVA...

Esa injusta tasa ha sido rediseñada en nuestra digital época, transfigurada ahora en forma de impuesto que pagamos todos... hasta el mendigo cuando, con sus limosnas compra algo de pan... que servirá para rellenar las ya ricas arcas de nuestra casta política... y la insultante remuneración de Su Majestad el Rey...

Pero la insaciable piraña devoradora de la Unión Europea no se conforma con ese tímido diez por ciento... En nuestro país, el tipo normal es del dieciocho por ciento e incluso se pretende, ahora, elevar el porcentaje hasta el... veintiuno...

Es cierto, por tanto, queridos amigos, aquello de que "cualquier tiempo pasado fue mejor", porque nunca un presente fue tan pésimo...