Como sabréis, la noticia de estos días en esta atribulada España zapatética es la denuncia que una señora musulmana ha interpuesto contra el profesor de su hijo por explicar el proceso de elaboración del jamón serrano.
Parece ser que al tierno infante le horada sus tiernos oíditos el rudo ruido de la palabra "jamón", por lo que su madre, escandalizada ante tamaña ofensa, rauda, ha acudido a interponer la mencionada denunciada ante la servil policía.
Y a eso es a lo que voy: no a criticar a una mujer histérica que se ofende ante lo inofendible; no a una chalada que decide denunciar lo indenunciable, sino a focalizar el tema en lo que la policía ha hecho.
Hablo de "servil policía" precisamente por la actitud que han adoptado nuestros agentes del desorden.
Los agentes policiales, en lugar de mandar a esa señora a freír espárragos -que creo que sí son comestibles para los musulmanes-, decidieron admitir dicha denuncia e ir a interrogar al pobre profesor.
Éste es el ejemplo que nos dan nuestras fuerzas de "seguridad": ya hace unos días arremetí contra la Guardia Civil, tan presta ahora a impedir que la gente acuda a cristiana misa en el Valle de los Caídos como antes, en tiempos del microgeneralísimo, propensa a enchironar al que no se desgastase las rodillas en los reclinatorios.
Ahora es la Policía la que se dedica a molestar a un pobre profesor al toque de rebato de una musulmana que no está en sus cabales.
¿Para esto pagamos a estas fuerzas de seguridad?
¿Para que nos impidan ir a nuestros oficios religiosos y nos impongan los religiosos odios ajenos?
Vergüenza me da de esta España y, especialmente, estos funcionarios públicos que, en lugar de imponer la racionalidad, parecen que intentan implantar los oscuros designios del Nuevo Orden Mundial.
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2 comentarios:
Les molestan los crucifijos, la Semana Santa, las campanas de las Iglesias, hasta que se mencione el jamón....
Esta es la herencia de ZP y política multicultural tolerante con talante tan trasnochada. Ya ni en el Reino Unido creen en la multiculturalidad.
Este tipo de situaciones supera toda lógica y nos coloca a muchos en la obligación de defender posiciones cotidianas y socialmente aceptadas en nuestro entorno sociojurídico. La multiculturalidad sólo es comprensible desde el respeto mútuo bien entendido ya que en muchas ocasiones las minorías sociales sólo exigen sus derechos sin darse cuenta que entran peligrosamente en el ámbito de libertad de la mayoría.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Natalia. Un abrazo :-)
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