Mi buen amigo
Zadlander, autor de
un blog que a todo el mundo os recomiendo (►), me remite a un artículo de Elentir titulado
"En plena crisis César Vidal arremete contra las obras caritativas de la Iglesia Católica". Para vuestra información, Elentir es un señor que tiene uno de los blogs políticos de Derechas más leídos en toda España. Con él mantuve una agria polémica hace tiempo sobre la hipocresía del conservadurismo español, que, en tiempos del Socialismo, se remanga siempre las faltriqueras, escandalizado, ante ese despiadado asesinato que es el aborto, mientras que, en tiempos de gobiernos correligionarios, prefiere mirar hacia otro lado y protestar sólo por lo bajini, para no molestar en exceso los delicados tímpanos de sus hipócritas próceres liberales...
El mencionado Elentir
no tuvo obstáculo alguno en contestarme soezmente en un comentario -lo que muestra la altura de su argumentario habitual-, así que no estoy dispuesto a seguirle el juego en su apoyo de palmero hacia esa secta cristiana autodenominada Iglesia Católica (es decir, "Universal"). Digo secta, porque el catolicismo no es más que un desgajamiento de la ortodoxia primigenia (aquella que, por ejemplo, celebraba originalmente la Navidad el seis de enero y permitía a sus presbíteros casarse y formar una familia realmente cristiana)... es decir, una herejía sobre el Cristianismo original, así como el Protestantismo fue un posterior desgajamiento -es decir, una nueva herejía- sobre el ya herético catolicismo...
Pero tampoco estoy dispuesto a seguir el juego a ese proselitista palmero, del hipócrita Protestantismo, que es don César Vidal. Ni a la emisora que le apoya (Es Radio): sencillamente, porque "Roma no paga a traidores". Adjetivo de hipócrita al Protestantismo, porque éste no es más que una "religión a la carta": una religión en la que sus fieles oyen lo que quieren oír... La base para la salvación es la Fe, más que las obras... En sus más extremas variantes -el Calvinismo- es una religión que cree que Dios premia a los afortunados (a los ricos) por su fe, mientras que los pobres, los desgraciados, han sido marginados como castigo de la divinidad...
Es una religión que cada uno, además, puede interpretar como le venga en gana... como decía antes, "a la carta". Una religión que busca -tanto como la Católica- la "recaudación", a través de la "limosna" que, previamente, sus administradores, "electos por la gracia de Dios" sabrán "sabiamente" distribuir entre los necesitados...
A la religión Católica no es que la prefiera frente a la Protestante, y menos aún después de tantos y tantos escándalos de abusos de menores que han intentado ocultar y minimizar desde hace años... Es una religión ya muerta... y, afortunadamente, bien muerta, por haber permitido en su seno la más escandalosa abyección contra los más pequeños...
Pero contra quien arremeto aquí realmente no es contra estos dos denostados y moribundos credos... sino contra sus palmeros...
Y contra los "palmeros" en general...
Los palmeros del Protestantismo y del Catolicismo, que, a toda costa, intentarán hacer proselitismo... hagan lo que hagan sus cuestionables guías...
Y contra los palmeros del Socialismo, que, predicando igualdad, han redistribuido la pobreza por nuestro país... y allá por donde hayan posado sus insaciables manos, mientras sus dirigentes se enriquecían vilmente, sin sonrojo alguno...
Y contra los palmeros del Comunismo, que han arrebatado la esperanza de un mundo ideal plasmado en una fe religiosa, a miles de millones de personas, ofreciéndoles un mundo de materialismo y materialidad pura...
Y contra los palmeros de la Derecha, que, en su variante democratacristiana, mostraron al mundo su vergonzosa hipocresía (recordemos todo lo acontecido en Italia hace décadas) y, en su vertiente "liberal", han mostrado su absoluta falta de piedad y su felpúdico palmerismo "hacia los mejores", junto con las despiadadas leyes del mercado "de la oferta y la demanda"... Un vomitivo liberalismo que tan sólo mira la cuenta de resultados y jamás se digna en echar una triste mirada de refilón al ser humano, considerado como persona rebosante de sentimientos...
Mi mayor desprecio hacia los palmeros de todas las ideologías, de todas las religiones...
Mi mayor desprecio a todos aquellos de vosotros que nunca dejaréis de ser vulgares lacayos de todos los credos que quieran inventarse y a los que deseáis con fruición rendir cuentas...