Siete Años del Golpe de Estado del 11 M

Conmemoramos hoy, tristemente, el séptimo aniversario del Golpe de Estado del 11 M en España, aquel diabólico asesinato masivo sin precedentes en nuestro país y en la historia europea.

El tercer golpe de Estado más sanguinario de los últimos cien años en nuestro atribulado país y que nos ha conducido al aplastante régimen de desintegración económica y territorial que estamos padeciendo en la actualidad, para vergüenza de todos y cada uno de los habitantes de esta cobarde tierra y para irrisión de todo el conjunto orbe.

De los diversos golpes de Estado habidos en España en los últimos cien años -encubiertos la mayoría de ellos bajo otro seudónimos, destaca, en primer lugar, el denominado Alzamiento Nacional: aquel sangriento levantamiento dirigido por un auténtico inútil que necesitó tres años para lo que debiera haber completado en tres días. El susodicho alzamiento se produjo contra una también sangrienta e igualmente detestable República, que había conducido al caos a toda la nación, de forma parecida a la que el despiadado Socialismo actual conduce los caballos de nuestra diligencia hacia el abismo de la muerte de una nación.

Sobre los muertos que trajo consigo la fraticida contienda no hay nada más que añadir: centenares de miles de españoles muertos y, otros tantos, exiliados, bien para siempre bien hasta su vejez...

El golpe de Estado franquista, había sido precedido por otro previo golpe, acaecido unos años antes y oculto bajo las cobardes alas en cuyas plumas venía escrita la palabra "Revolución": la Revolución de Asturias... El golpe-revolución, instigado por líderes socialistas -sí, del actual Socialismo que ahora nos desgobierna, el de los "cien años de honradez"- dejó entre 1500 y 2000 muertos, cifra nada despreciable de despiadada vergüenza...

Posteriormente, el 23 de febrero de 1981 tuvo lugar en España esa pantomima delirante que eligió como escenarios el Congreso de los Diputados y las calles de Valencia: el único golpe de Estado que es reconocido como tal.

El ridículo tejeril dejó para la Historia la eterna duda de qué participiación real tuvo nuestro real Jefe de Estado en el mismo. Aunque la comedia cabaretera que nos ofertaron los incivilizados guardias civiles sirvió para proclamar el congénito y felpúdico peloteo español hacia cualquier persona que pueda lucir una coronita (y no me refiero a la cerveza...), proclamando a nuestro Rey como nuestro "salvador", su tardío acceso a las cámaras de televisión -a la 1:30 de la madrugada-, cuando ya todo se había calmado y se sabía que ninguna otra capitanía general iba a hacerse la farruquita, dejará para siempre la duda de si, realmente, nuestro jefe de Estado tuvo alguna relación directa o indirecta con aquel chusco suceso:

Démonos cuenta de que, mientras el presentador de televisión Iñaki Gabilondo tardó sólo unos minutos en aparecer en televisión proclamando su adhesión a la democracia y su frontal oposición a los cobardes armados que querían imponer su personal voluntad, nuestro Rey tardó muchísimas horas en proclamar lo mismo. Los ridículos gritos y afirmaciones de los cabreados militares, enarbolando la bandera de que todo se hacía "por el Rey", dejarán siempre una permanente duda en todos los libros de Historia...

Incluso se ha llegado a especular con que el 23F fue una farsa, con chuscos actores conscientes de la misma, orientada a fracasar voluntariamente desde el primer momento, para desactivar, así, cualquier otro intento efectivo de golpe...

Y llegamos a la masacre del 11 M...

Casi 200 muertos.

Un real golpe de Estado, teóricamente planificado por un grupo islamista del que, finalmente, resultaron absueltos la mayor parte de sus "componentes"...

Practicado justo unos días antes de las elecciones generales, que iban a otorgar de nuevo el poder al Partido Popular, y que dio un vuelco completo al previsible resultado.

Desde entonces, el ruinoso socialismo, desintegrador de cualquier norma moral universal existente hasta el momento, insultante con cualquier Dios no violento y sumiso y silente ante los dioses diabólicos, generoso con todos los nacionalismos que quieren trocear despiadadamante España y -como está viéndose con los escándalos en la comunidad andaluza-, corrupto hasta la médula ha venido para instalarse y para no irse.

El 11 M. Ese golpe de Estado real, disfrazado de terrorismo: ese golpe silenciado por la cobarde mordaza autoimpuesta por todos y cada uno los actuales españoles...