Hoy, como siempre, he accedido a mi cuenta secreta de correo electrónico desde la que edito éste y otros blogs, y me he encontrado con que había una serie de mensajes archivados automáticamente en la carpeta de spam.
El hecho no merecería mayor atención, por lo general, salvo por un pequeño detalle: esta cuenta no la he hecho pública jamás, por lo que -hasta ahora- ningún mensaje spamoso se había dignado en mancillarla.
Veamos pues -he dicho- quién ha sido el osado en limpiarse sus pies en mis escondidos aposentos electrónicos...
Pero... cuál no sería mi sorpresa al comprobar que dichos supuestos mensajes de spam eran -ni más ni menos- que una serie de entradas que yo mismo había incluido en mis blogs.
Pero no eran una serie de entradas incluidas al azar, no... sino las últimas entradas que escribí referidas:
- A la Wikipedia, con la que siempre he sido muy crítico debido a la censura que ejercen en ella los denominados "bibliotecarios".
- A la censura también practicada conmigo por parte de Facebook; a una petición de solidaridad por la deshabilitación de mi cuenta en dicha red social y a las frecuentes faltas de ortografía que nos taladran los ojos desde la misma.
- A la homosexualidad, en un artículo que titulé El rey emplumado y que se refería a la sustitución progresiva del arquetipo del macho ibérico por el nuevo prototipo de español homosexual del que todos debemos estar "orgullosos".
Es decir:
Aquellos artículos referidos a lo que yo considero desde siempre dos poderes fácticos de Internet: la Wikipedia y Facebook, propiciadores de un Nuevo Orden Mundial en el que se subvierten los valores tradicionales de la moralidad -y cuya más fiel representación es la aciaga actuación en España del Gobierno de Zapatero-, y un artículo en el que despunta uno de los múltiples objetivos del susodicho NOM: la propagación de la homosexualidad a lo largo y ancho de este zaherido planeta.
Da mucho que pensar todo esto... ¿no?
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