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jueves, 25 de agosto de 2011
JMJ 2011: La batalla de la Puerta del Sol
Pasado ya este maremágnum que ha constituido para Madrid la Jornada Mundial de la Juventud 2011, me gustaría reflexionar sobre el lamentable episodio acaecido el pasado miércoles en la madrileña Puerta del Sol.
Aquella tarde decidí darme una vuelta por lo que constituía el núcleo del enorme tinglado de este artificial y circense acontecimiento, por lo que me aventuré a pasear desde la Plaza de Colón hasta la Puerta del Sol...
A lo largo del citado recorrido pude observar a los cientos de miles de jóvenes, curas y monjas que, como si se tratase de una fortísima lluvia de verano, habían invadido la ciudad y apenas dejaban resquicio para el tranquilo paseo.
Me molestaba de ellos especialmente la bobina y bovina sonrisa que lucían en sus semblantes: una sonrisa especialmente forzada por ese "magno" acontecimiento universal que era la llegada de un anciano a nuestro país, que -dicho sea de paso- en el pontificado anterior de Juan Pablo II se había manifestado completamente intrigante... (¿o es que no se acuerdan de sus propias críticas hacia Ratziger muchos de los que hoy le pelotean...?).
En fin... cada loco con su tema... Ellos se exaltaban con la llegada de una persona corriente y moliente con el mismo entusiasmo -o quizás más- con que lo harían si fuera el mismo Cristo el que descendiese a la Tierra, mientras que otros simplemente queríamos pasear con tranquilidad por nuestra ciudad sin ser pisados ni empujados por este grupo de histéricos exaltados que para nada se exaltan a la hora de ayudar al prójimo, al parado o al mendigo de la esquina...
Llegado a la Plaza de Jacinto Benavente, me sorprendió atisbar a lo lejos un conjunto de banderas del arco iris... Al principio pensé que se tratarían de esas banderas irisadas que muchos cristianos ondean con la palabra "pace" serigrafiada sobre ellas... pero no: eran lo que parecía... Orgullosas banderas del movimiento gay, sazonadas con otras segundorrepublicanas...
Con la contramanifestación nos habíamos topado, querido Sancho... Con la manifestación de los otros exaltados: los que se autodenominan "indignados" y que, en muchas ocasiones, debieran llamarse "indignantes"...
He aquí que habían aparecido en lontananza decenas de miles de ateos, laicos y cabreados en general -muchos de ellos con su cervecita en la mano- al grito de "menos curas y más cultura" y lindezas semejantes...
Lo más sorprendente de todo no es que esta gente se expresase libremente, sino que la Delegación del Gobierno permitiese esta manifestación dirigida directamente al meollo donde el otro grupo de alucinados (los PaPanatas) tranquilamente campeaban: la Puerta del Sol.
Y finalmente se armó la que se armó... Los laicos cerveceros empezaron a gritar y a burlarse -en muchos casos, soezmente- con los beatos de escaparate... Aquéllos les empezaron a enseñar sus posaderas y éstos se pusieron a rezar como viejucas...
La policía llegó e instó a los peregrinos a que se fueran... Cuando debieran haber hecho lo contrario, pues los beatos llevaban horas -y días- en la puerta solar, inocentemente, sin saber que unos agriados buitres esperaban su turno para ciscarse en ellos...
De todo esto pude deducir que este inmenso lío no ha sido otra cosa que otro vano intento de este deleznable Gobierno para provocar un nuevo enfrentamiento civil entre la ciudadanía...
Menos mal que parece que Dios se interpuso y que la sangre ni las hostias llegaron al río...
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1 comentario:
no hay verguenza , esto se pone complicadopero para ls que protestamos comtra la situacion
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