Entre pillos anda el juego

Volvieron los buenos viejos tiempos del Socialismo... de la corrupción a mogollón... del latrocinio a tutiplén...

Contemplamos estos días, asombrados -o no tan asombrados- cómo la cúpula directiva de la SGAE está siendo investigada por presunta malversación de fondos...

Mientras siguen cayendo chuzos de punta sobre el más que "presunto" nepotismo del Gobierno socialista andaluz, ahora vemos cómo este extrañamente privilegiado organismo privado vuelve a baquetear el ya tan mancillado prestigio de España desde que comezó esta farsa juancarlista de la Constitución de 1978.

La SGAE fue creada en 1941 con el nombre de Sociedad General de Autores de España, pero, en 1995, nuestros separadores y separatistas gobernantes, la renombraron como Sociedad General de Autores y Editores... Todo lo que fuera mencionar la palabra "España" les produce sarpullido a esta gentuza gobernante y sólo se emplea tan honroso nombre cuando se pretende esquilmarla y chuparla hasta el tuétano...

Los jueces dirán si el señor Teddy Bautista -sí, aquel que, irónicamente, representaba el papel de "Judas" en la versión española de Jesucristo Superstar- es inocente o no, pero un tupido velo de sospecha -un auténtico edredón maloliente- se cierne sobre la mencionada institución...

¿Institución...? Lo más grave de todo este asunto no es la presunta corrupción avistada...

Lo más grave de todo es que el Gobierno ha dejado en manos de una sociedad privada un impuesto público, el canon digital...

Un impuesto que esta organización -volvemos a repetir, privada- maneja a su antojo y, visto lo visto, lo maneja muy mal...

Aquí tienen, señores, el auténtico socialismo... ése que deja en manos privadas potestades públicas... en manos de sus amigos adláteres el patrimonio de todos...

No hablamos, por tanto, de corrupción privada...

Hablamos de corrupcion institucional...