El lacayismo español

En el vídeo adjunto a esta entrada, el lector tendrá el bochornoso placer de observar un episodio más de lo que en esta página venimos denunciando habitualmente: el congénito y vergonzante lacayismo español... o, al menos, de una buena parte no despreciable de españoles...

El atento visionador de las imágenes podrá observar, no sin sonrojo, cómo nuestro ministro de Economía -Luis de Guindos- se acerca sumisamente al Comisario Europeo del ramo, Olli Rehn, para rendir felpúdicamente cuentas por la reforma laboral que nos acaban de servir en bandeja a todos los españoles, tal y como desean nuestros socios teutones -es decir, nuestros nuevos amos-: "Mañana aprobamos la reforma del mercado laboral y veréis que va a ser extremadamente profunda"...

Faltaba tan sólo que el comisario sacase un terroncillo de azúcar y el señor que anida en la guindalera mostrase ansioso la lengua y se pusiera a dar saltitos, como perrito faldero...

En fin... La tradición felpúdica, lacáyica, pelotera y sumisa es un mal que viene disolviendo la antigua y recia alma hispánica desde hace largo tiempo:

Recordemos, por ejemplo, cómo aquel dictador con ínfulas de machote, llamado Franco, se bajó los pantalones ante Estados Unidos y, servilmente, le ofreció las bases de Rota, Torrejón y Zaragoza para su pleno uso y disfrute...

Recordemos también a aquel Felipe González, que cedió sumisamente ante la incorporación a la OTAN, desdiciéndose de todo lo que había dicho previamente...

Y recordemos también, por último, a aquel Aznar, al que se le hacía el culo pepsicola cuando hablaba con Bush y que nos embarcó en una absurda guerra contra el moro malo malísimo tan sólo porque era del completo beneplácito de su jefe anglosajón...

España hace tiempo que perdió por completo su dignidad y, como la virginidad, una vez perdida, nunca volverá a recuperarla...

Descana En Paz, humillada España...